Buenas noches, grupo. Hoy sentí que di un paso gigante con mi novia en un tema que me trae prendido desde hace años: verla con otro hombre.
Yo siempre he sido un cabrón atractivo, exitoso y con muchas experiencias sexuales. Y aunque eso a ella al inicio le dio inseguridades, la realidad es que ella no se queda atrás: 23 años, un cuerpo trabajado todos los días en el gym, blanca, pelo negro, pompis y boobies grandes. Yo tengo 36 y desde que la conocí (siendo mi amante) me tiene vuelto loco.
A lo largo de la relación hemos tenido momentos intensos: muchas fiestas, viajes, excesos. En varias ocasiones, borracha, intentó besarse con mujeres… pero lo que realmente me marcó fue aquella vez que, después de cacharme mensajes con una empleada, decidió vengarse bailando con dos hombres mientras yo estaba en el baño. En lugar de enojarme, me encendí como nunca. Desde ese día no dejo de imaginarla con otro.
Con el tiempo empecé a decirle mis fantasías en la cama: verla con un hombre, verla disfrutando, mojada, viniéndose como cuando la provoco con esos temas. Incluso le he comprado juguetes grandes, gruesos, que usa cuando se lo pido. La idea de que su cuerpo pueda con más, que se desate, me vuelve loco.
Claro, también chocamos mucho porque los dos somos dominantes, alfa contra alfa. Hasta que hace unos meses le propuse un trato: yo cedo el control en la vida diaria, pero en la cama ella cumple mis fantasías. Al inicio me dijo que no, que jamás estaría con otro. Pero yo insistí. Y ayer, después de tantas peleas y pláticas, me dijo lo que quería escuchar: “Lo hago, pero no quiero que luego te enojes”.
Le aseguré que no, que lo he pensado años, que lo que más me excita es verla perderse en el placer. Que incluso cuando hablamos de eso en el sexo noto cómo se viene más fuerte, con chorros, gritando. Le dije que quería empezar poco a poco: vibradores en el carro, sexo público… y al final lo importante, verla con otro hombre.
Ya tenemos reglas: nada de teléfonos ni redes, todo será en el momento. En dos fines de semana vamos a ir a un bar. Ella elegirá a alguien que le atraiga, y yo voy a estar ahí, mirando. Si se besan, bailan, o pasa algo más… yo no me voy a enojar. Al contrario, me voy a prender.
Ella me preguntó varias veces si estaba seguro. Y sí, lo estoy. Años esperando esto.
No sé si lo que estoy construyendo es cuckold, cuckold dominante o stag & vixen. Lo único que sé es que quiero verla ser una puta, mi puta, y quiero llevarla hasta el límite
Leave a Reply